MI SUEÑO

Es dueño de mis caricias y mis besos.

Dueño de mi cuerpo y mis pensamientos.

Dueño de mi felicidad presente y mi tristeza eterna…

Es el sueño que no creí poder recuperar y que ahora disfruto cada instante, cada segundo que la vida me deja. Muero de amor en los encuentros que hacemos imprevisibles, únicos y excitantes. Me postro a sus pies con la extraordinaria confianza que le profeso, abandono mi cuerpo a su placer, y me rindo ante el mío propio… Las horas pasan como segundos a su lado.

Tan sólo minutos después de haberse marchado tengo la sensación de que todo ha sido un sueño. Los recuerdos me inundan pero mi corazón anhela su presencia. De repente, un leve gesto o una ráfaga de aire me la devuelve… su olor impregnado en mi ropa o en mi cuerpo le recuerda a mi mente que todo ha sido real, que ha estado aquí, conmigo.

Y disfrutando de esa sensación cierro los ojos aspirando la esencia que me dejó el encuentro, recordándome que no sabré cuándo será el próximo pero que volveré a disfrutarlo como el primero.

Recordándome que quiero que ese olor me acompañe constantemente el resto de mi vida…