Tres días ella tardó
en olvidar su pasado,
su entrega…
su sumisión…
y recuperar su descaro.
Tres días para olvidar
a la pasión de su vida…
¿en verdad era eso amor?
¿o era sólo otra mentira?
Tres días para cambiarlo
por un pobre y triste adulador.
Con que poco se conforma
quien todo lo tuvo a su favor.
Tres días con sus tres noches,
setenta y dos tristes horas,
para renunciar a lo que más quería
y quedarse al fin entre todos sola.
Tres días para liberarse
de aquel a quien más ella amaba.
Pero el liberado ahora es él,
de ella ya no quiere saber nada.
Al tercer día resucitó
el buen hombre llamado Cristo.
Así también resucitaré yo
pues por los pies yo me visto.
Tres días para olvidarse
de todo lo bueno que hizo.
Le sobraron dos y medio,
pues en verdad nunca le quiso.
Que tenga suerte en su vida,
que disfrute su condición,
ya nunca más será la sumisa
de su Amo…
La muerte no nos roba los seres amados. Al contrario, nos los guarda y nos los inmortaliza en el recuerdo. La vida sí que nos los roba muchas veces y definitivamente. ahora ve en paz. Yo preciso decirte que... TE ADORO, simplemente porque existes.
viernes, 3 de septiembre de 2010
Tres días
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